Principales conclusiones de las Jornadas de la Juventud 2024
Durante el III Encuentro Transfronterizo de Jóvenes (Andalucía/ Algarve/Alentejo), los jóvenes reflexionaron y debatieron en profundidad sobre la paz, la democracia y la responsabilidad social. A pesar de trabajar en grupos independientes, la similitud en los retos que identificaron para la paz y la democracia fue notable. Asimismo, sus propuestas de acciones que deberían emprender tanto las instituciones europeas como los ciudadanos mostraron una gran compatibilidad, reforzando la viabilidad de los enfoques propuestos.
Durante los debates, los jóvenes hicieron hincapié en la seguridad como elemento central de la paz, vinculándola a valores democráticos esenciales como la igualdad, el respeto -tanto intercultural como social-, la cohesión comunitaria, la protección de nuestro modo de vida y la libertad. Consideran que estos valores no sólo deben preservarse, sino también reforzarse continuamente mediante herramientas clave como el diálogo y la educación en el marco de la Unión Europea.
Además, los participantes subrayaron que la responsabilidad social de los ciudadanos es un pilar fundamental para el desarrollo de una comunidad europea sólida. En este sentido, la democracia sólo puede considerarse auténtica y válida cuando la población participa activamente en los procesos de toma de decisiones, promoviendo un compromiso colectivo con valores y objetivos comunes.
Desafíos
Hoy en día, la sociedad europea está fuertemente influenciada por las redes sociales, los medios de comunicación tradicionales y algunos representantes políticos. Estos actores difunden en ocasiones mensajes cargados de populismo, desinformación y nacionalismo que priorizan valores locales o individuales, en contraposición a los principios de integración y cooperación que promueve la Unión Europea.
Sin embargo, esta realidad se ve agravada a nivel global por la falta de alfabetización y concienciación política de nuestra sociedad, favoreciendo la proliferación de casos de corrupción en los gobiernos.
En el exterior, la sociedad se ve amenazada por múltiples factores: las tensiones y conflictos geopolíticos que se extienden a las fronteras europeas; la dependencia económica de la UE respecto a terceros países, que limita su capacidad de negociación; y el impacto del cambio climático, que agrava la inestabilidad dentro y fuera del continente. Ejemplos de este problema pueden verse en regiones como Valencia y el Algarve, afectadas por fenómenos meteorológicos extremos.
Acciones + juventud.
Para hacer frente a los retos identificados, se propusieron dos enfoques principales. El primero centrado en las acciones que deben emprender las instituciones y el segundo en reforzar el papel de los jóvenes en la protección de la paz y la democracia.
Las instituciones son responsables de crear una visión común que proteja una cultura con valores europeos, lo suficientemente estable como para sostener una autonomía estratégica a través de mecanismos de defensa conjuntos. Para ello, deben seguir promoviendo el sentimiento europeo a través de la educación, Erasmus+, los proyectos comunitarios y el voluntariado. Así como promover la conectividad intergeneracional y multicultural y priorizar la retención del talento en la Unión Europea.
Por otro lado, los jóvenes, conscientes de que la paz y la democracia no están garantizadas, deben asumir un papel activo como agentes del cambio. Esto significa apostar por la participación activa, aunando esfuerzos para crear redes de ciudadanos que promuevan acciones sociales y medioambientales a través de proyectos comunes. Especialmente aquellos que los diferentes grupos sociales movilizados identifiquen como prioritarios, como las políticas de vivienda, transporte y trabajo.
Para ello, es fundamental mantener un equilibrio entre lo digital y lo real, favoreciendo la interacción cara a cara y fomentando al mismo tiempo el pensamiento crítico. Además, los jóvenes deben contribuir a la creación de un nuevo protocolo social, adaptado a la realidad actual, que promueva la integración, la proximidad, el respeto y la sostenibilidad en una Europa diversa y en constante cambio.
Nota final
Toda la sociedad debe trabajar a favor de los valores democráticos: los ciudadanos, los políticos elegidos y también los que crean empleo y riqueza, los empresarios, los comerciantes, los autónomos y las microempresas. Cada vez más, todos ellos desarrollan sus actividades inspirados por los principios de responsabilidad social, sostenibilidad, solidaridad y devolución a la comunidad de gran parte de lo que reciben de ella. Estas actitudes contribuyen a mantener el equilibrio, la estabilidad y la paz social que necesitamos en todos los rincones de la Unión Europea.
Ponentes: Sandro Cordeiro y Alejandra S. Carrera García